¿Mi hijo va a llevar gafas toda la vida?

Es una pregunta muy difícil y, en la mayoría de casos, no se puede responder. Los ojos no están maduros al nacer, los globos oculares crecerán durante los primeros años de vida. Eso quiere decir que la potencia de las posibles gafas, de una posible corrección óptica, cambiará a lo largo del crecimiento.

En líneas generales, se puede decir que la miopía más bien tiene tendencia a aumentar con el tiempo. Un niño miope tiene pocas posibilidades de no llevar gafas cuando sea más mayor. Mientras que la hipermetropía que consiste en un ojo más pequeño, al contrario que la miopía que es un ojo más grande, tiene tendencia a disminuir con el crecimiento.

Sea como fuere, si la necesidad de gafas es importante en el niño, la probabilidad de que dicha necesidad desaparezca completamente con el crecimiento es relativamente baja. Eso en cuanto a las gafas. En el caso de los adultos o de los niños más mayores, las gafas pueden sustituirse por lentillas. El adulto puede someterse a una cirugía refractiva para eliminar la necesidad de gafas.

Pero resumiendo, no tenemos ninguna manera de determinar si las gafas serán necesarias toda la vida o no, y este desconocimiento es lo que justifica la necesidad de hacer revisiones regulares para adaptar las gafas a la evolución del ojo del niño y asegurarse de que lleve siempre gafas, u otro medio de corrección de la refracción, para permitirle tener la mejor visión posible.