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Mi hijo ve borroso, ¿por qué?

En primer lugar, es muy poco frecuente que los niños se quejen de ver borroso. Un niño se adapta a todos los cambios en su visión, y la visión borrosa, para él, no es algo evidente. No sabe qué es normal, por lo que tampoco sabe qué es la visión borrosa. Eso quiere decir que la mayoría de veces, el niño se dará cuenta de que ve borroso simplemente porque ve diferente del resto de compañeros. Puede ocurrir en el colegio, donde de repente se dará cuenta de que sus compañeros ven muy bien la pizarra y que él no consigue leer con tanta facilidad. Eso, en el caso de que ambos ojos vean un poco peor. Y si es solo un ojo el que ve peor, este problema de vista pueda pasar totalmente desapercibido hasta que un día, jugando, por ejemplo, el niño se ponga un parche pirata o se tape un ojo y se dé cuenta de que no ve igual con los dos ojos.

Esta gran capacidad de adaptación del niño explica por qué son indispensables las revisiones sistemáticas de la vista de los niños, que normalmente los pediatras realizan a la perfección, para detectar un problema de visión. Pero, en líneas generales, si un niño se queja de visión borrosa, puede ser una visión borrosa de lejos, en cuyo caso podría ser secundaria a un problema de miopía, que se produce porque el globo ocular es demasiado largo, de modo que la imagen no se forma en la retina, que es la película que recubre el fondo del ojo donde se reciben las imágenes que se envían al cerebro. Así que en lugar de formarse en este lugar, la imagen puede formarse más adelante, lo que explica que el niño verá borroso de lejos pero bien de cerca. Eso es la miopía.

Lo contrario de la miopía, cuando el ojo no es demasiado largo, sino demasiado corto, se denomina hipermetropía. En ese caso, es posible que el niño se queje de ver borroso de cerca, mientras que de lejos ve muy bien. Es una queja bastante rara entre los niños, porque tienen una capacidad tremenda para enfocar y compensar esta hipermetropía. Así, el niño hipermétrope tendrá tendencia más bien a quejarse de dolores de cabeza, después de hacer un esfuerzo visual importante, después del colegio, por ejemplo, notará los ojos cansados, o resecos. Esas son las típicas quejas del hipermétrope.

Además, hay un tercer trastorno de la refracción que se conoce como astigmatismo que, en este caso, está relacionado con el hecho de que la lente del ojo, la córnea, no es perfectamente redonda, como un balón de fútbol, por ejemplo, sino que se parece más a un balón de rugby, con la curvatura de un eje diferente a la del otro eje. Este trastorno hace que las imágenes siempre sean un poco borrosas o un poco deformadas tanto de cerca como de lejos. Por eso, la principal causa de una visión borrosa es un trastorno refractivo: es decir, miopía, hipermetropía o astigmatismo o una combinación de astigmatismo con miopía o hipermetropía.